Según Fred Asbell, una
autoridad del tiro instintivo:
El tiro instintivo es aquel que se realiza
utilizando únicamente las habilidades de la vista, coordinación muscular y
memoria del arquero como única referencia para el disparo. Simplificando,
consiste en disparar la flecha a donde miramos, mirar y disparar.
(extracto del
libro: La caza con arco, de Moisés D. Boza)
El mecanismo del tiro instintivo se basa principalmente
en dos capacidades del cuerpo humano. La primera es la relación entre la
coordinación motriz y la vista y la segunda es la memoria.
Al igual que señalamos con el dedo cualquier objeto, de
manera rápida y natural, así mismo intentamos acertar el blanco señalándolo con
nuestras flechas. De esta forma utilizamos nuestra coordinación motriz y vista.
Al arrojar por primera vez una piedra o pelota hacia un
punto determinado, veremos como ésta parte de nuestra mano, como se desplaza
por el aire y probablemente, como erramos el blanco. Nuestro cerebro recuerda
sin embargo la fuerza empleada, el peso y la trayectoria descrita por el
proyectil. Al ir repitiendo el mismo lanzamiento, seguramente nuestro proyectil
se irá aproximando al objetivo hasta que después de practicarlo
suficientemente, el acertar el blanco sea rutina. Si usamos piedras o pelotas
de diferentes pesos y tiros a diferentes ángulos y distancias, nuestro cerebro
basándose en la experiencia de otros tiros, es capaz de interpolar y calcular
cuál será la trayectoria del nuevo proyectil, con una precisión que aumentará con
la práctica. De esta forma empleamos nuestra memoria.
Para apuntar con este tipo de tiro se usa el método de la
visión periférica. Cuando señalamos con la flecha, en nuestra visión periférica
la imagen de su punta nos parece estar debajo y a la derecha de la del blanco,
separada por una distancia (gap) debida al paralelaje existente entre la línea
visual y la prolongación de la flecha hacia el objetivo. El cerebro recuerda
que para acertar el blanco, la separación entre la imagen de la flecha con el arco
y la que percibimos del blanco debe ser una determinada. Con la práctica,
intentamos que la determinación de esa distancia se convierta en un reflejo
inconsciente, de forma que lo único que debemos hacer es mirar al blanco para
acertar en él. Este mecanismo no necesita de ningún pensamiento consciente y no
debemos confundirlo con calcular la posición de la punta de la flecha sobre la
imagen del blanco como referencia (gap shooting). En el tiro instintivo la
mirada del arquero se concentra profundamente en el blanco, método más natural
y sencillo que el gap shooting donde la mirada se fija en la punta de la flecha
por lo que se aprecia el blanco borroso y desenfocado en la visión periférica.
El tiro instintivo presenta múltiples ventajas. No hay
mecanismos complejos ni piezas que se pueden desajustar o romper y cualquier
persona puede practicarlo. Decantando el arco, lo apartamos del centro de
nuestra visión y podemos concentrarnos plenamente en el blanco. También ofrece
la ventaja de poder tirar con poquísima luz, pues siempre que podamos ver el
blanco el tiro es posible. Se puede tirar desde cualquier posición imaginable y
a blancos en movimiento. La preparación del tiro es muy rápida y los animales
tienen menos oportunidad de huir en caso de que nos sorprendan. No importa
conocer la distancia que nos separa del blanco, pues el cerebro ajusta
automáticamente la trayectoria.
Las desventajas son principalmente tres, La primera es el
gran factor psicológico de este tipo de tiro. Si dudamos tan solo por un instante
de que somos capaces de acertar el blanco, fallaremos el tiro. Esto puede ser
un inconveniente en momentos de mucha tensión, como ocurre frecuentemente en la
caza con arco. La concentración absoluta en el tiro y la confianza en nosotros
mismos es de importancia capital.
La segunda desventaja es también psicológica y consiste
en la facilidad del ser humano para olvidar. Es necesaria una práctica
constante para que nuestro cuerpo y nuestro cerebro tengan frescos el recuerdo
de la trayectoria que la flecha siguió en cada tiro, de como era la posición
del cuerpo, del brazo, de la mano, del arco, etc. Una temporada sin practicar
degradará considerablemente nuestra habilidad y autoconfianza en nuestros
tiros.
La tercera es física y es que debido a la gran concentración
que este tipo de tiro exige, solo podemos tirar a blancos de los que veamos
perfectamente todos sus detalles, lo que solo ocurre a distancias cortas. Pero
después de todo, en la caza con arco la proximidad es lo que cuenta.
Debido a la necesidad de conocer perfectamente la
trayectoria de nuestras flechas, es de suma importancia para el tiro instintivo
que éstas sean bien visibles. A esto último contribuye el uso de plumas de
colores brillantes, como el rosa, naranja, amarillo o blanco. Debemos evitar el
uso de plumas de camuflaje, negras, marrones o poco visibles.
La única respuesta para resolver los problemas del tiro
instintivo es práctica, práctica y práctica.
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